Te invitamos a asistir al Foro: “Investigación y conservación de fauna silvestre en el sistema de áreas protegidas de Venezuela. EN HOMENAJE A LA DRA. VIRGINIA SANZ D´ANGELO (IVIC)”, coordinado por los profesores Hedelvi J. Guada (UCV), Jorge Naveda (Postgrado Ecología UCV) y Edgard Yerena O. (USB), el día miércoles 15 de mayo de 2024 a las 2:00 pm en la Sala Guillermo Ruggeri.

Dr., MV., P. Alexander Blanco Márquez, Fundación Esfera, Puerto Ordaz, estado Bolívar.

El águila harpía (Harpia harpyja) es una de las águilas más grandes del mundo, y es el mayor predador en el dosel de las selvas tropicales de América Latina. Depende fundamentalmente de la dinámica natural del bosque y tiene una tasa de reproducción lenta, haciéndola susceptible a la pérdida de hábitat, alteraciones ecosistémicas, degradación ambiental y a la caza. Está catalogada como «Vulnerable» por la UICN y se ha vuelto muy rara en muchas partes de su área de distribución. En Venezuela, el Águila Harpía es catalogada como ‘Vulnerable’. Una mezcla entre el crecimiento de la población humana, pobreza, inestabilidad política y escasa vigilancia de las áreas protegidas ha promovido un aumento dramático en la tasa de invasión humana (a menudo ilegal) en el hábitat de esta águila con la conversión de los bosques en pastizales, zonas mineras y tierras agrícolas. La Reserva Forestal Imataca, tiene una de las densidades poblacionales más altas de Águilas Harpías dentro de su rango de distribución histórico en Latinoamérica, siendo este lugar un bastión crucial para la sobrevivencia de la especie. El águila harpía (Harpia harpyja) es uno de los mayores depredadores de la selva tropical, ocupando el puesto más alto en la cadena alimentaria de su ecosistema. Como superdepredador, su presencia y salud pueden indicar la disponibilidad y la calidad de las presas en el ecosistema. ecosistema. Un depredador tope, como el águila harpía en los bosques tropicales, es considerado un «detective ecológico» de su ecosistema, debido a su posición única y su papel crucial en la regulación y mantenimiento del equilibrio de la comunidad biológica. Esta especie desempeña un papel clave en la modificación y estabilidad de hábitats, lo que influye en la biodiversidad y en la salud general de los bosques. Adicionalmente, esta ave rapaz tiene un alto valor cultural y simbólico en muchas culturas de América Latina. Su presencia puede tener un impacto positivo en la conservación de los bosques al generar interés y apoyo público para la protección de su hábitat.